Desde sus inicios, el jazz ha encontrado su hogar en clubes íntimos donde la música cobra vida en cada improvisación. Entre los más emblemáticos destaca el Blue Note en Nueva York, inaugurado en 1981 y considerado uno de los templos del jazz moderno. Artistas como Herbie Hancock y Chick Corea han pisado su escenario, manteniendo viva la esencia del género.

Otro club legendario es el Preservation Hall en Nueva Orleans, que desde los años 60 ha sido un bastión del jazz tradicional. En Europa, el Ronnie Scott’s en Londres y el Duc des Lombards en París han sido puntos de referencia para los amantes del jazz. Estos espacios no solo han dado lugar a conciertos memorables, sino que han sido testigos de la evolución del jazz a lo largo de las décadas, sirviendo como epicentros culturales donde la música sigue floreciendo.

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